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REFLEXIÓN

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Con el inicio probablemente de lo que llamamos  Revolución Industrial  vimos ese aumento y crecida pues de la producción en cualquiera de su ámbito a una producción en masa, donde la vida se iba caracterizando cada vez más por la rapidez, la velocidad con la creación del ferrocarril y los medios de transporte, así como el nuevo modo de vida de superproducción que se estaba asentando donde se iba abandonando la calidad, el trato lento y cuidadoso del proceso tanto creativo como técnico de los productos que se creaban. 

 

En este contexto, donde se empieza a desarrollar una cultura de el sobreesfuerzo, la hiperproducción y la inmediatez, vemos pues que tiene una relación proporcional a cómo se va desarrollando la tecnología y como esta a su vez nos induce en un arco de producción y de inmediatez cada vez más rápido y efímero, donde el proceso de creación o producción no se ve o no importa sino que lo importante es el resultado, la dopamina rápida y de cierta manera intentar facilitarnos la vida en este modo de vida tan frenético.

 

Sin embargo, la relación que hay entre el problema que sería el modo de vida rápido, y la solución, que sería adaptarse a ese contexto frenético a través del desarrollo tecnológico de herramientas que sean rápidas y que nos faciliten la gestión del tiempo en un contexto de vida rápido, de cierta manera es un poco un arma de doble filo. Ya que las nuevas herramientas que nos facilitan la vida en un contexto basado en la rapidez y donde lo importante es realizar una serie de obligaciones rutinarias que obedezcan a los parámetros del sistema capitalista, de cierta forma también contribuyen negativamente a que nos acostumbremos a este modo de vida rápido haciéndolo incluso más rápido. Mientras que antes existía un proceso mucho más lento a la hora tanto de realizar las tareas rutinarias como los procesos creativos de diseño o creación artística que nos llevaba a un momento de reflexion y  conexión con lo que es la naturaleza en su sentido más esencialista que es la ausencia del tiempo o el lento paso del tiempo,ahora, al vernos inmersos en esta constante espiral de producción e inmediatez, acabamos olvidando ese pequeño espacio de conexión reflexivo que lleva, de cierta manera, una carga emocional y experiencial entre la idea y el producto o la obra.


 

Esta pequeña reflexión en torno a ese cambio de paradigma de la velocidad de la naturaleza humana que se da entre los contextos más tecnológicamente desarrollados y los más “rurales”, la vemos también en la obra *El Leopardo de las Nieves*, que fue la que yo escogí básicamente porque, en clase, se puso una pequeña parte de la película y quería ponerme a prueba y enfrentarme a la situación de ver una película basada en la lentitud visual con la que van sucediendo las cosas, para ver si era capaz de verla y cómo reaccionaba, exponiéndome a una producción visual tan opuesta a lo que estamos envueltos a ver en las redes sociales y a las acciones de inmediatez visual con las que hemos crecido mi generación. La película en sí ya reflexiona sobre esto con el poco diálogo que se establece entre los dos protagonistas y cómo pues uno de ellos llega a decir que le cuesta tener que volver a la ciudad y a ese ruido y espacio tan abrumador al que nos hemos acostumbrados los seres humanos pero que en su esencia se aleja de la nuestra.

 

Esta disociación o desconexión emocional del ser humano con lo que crea y observa lo estamos viendo que está llegando a su pico en cuanto a ese proceso de pensamiento y reflexión opacada por la respuesta rápida con la llegada de la inteligencia artificial.

 

La IA, de cierta manera, no es más que una herramienta más que, al igual que un lavavajillas o cualquier otro electrodoméstico, nos ha ayudado a tener una relación con los hábitos rutinarios mucho más efectiva y rápida. 

La inteligencia, entre otras situaciones a las que se puede aplicar, nos ha invadido de la misma forma, en esa inmediatez, por tener respuestas tanto creativas destinadas a una solución artística como cotidianas y preguntas y cuestiones más rudimentarias. Mientras que hace pocos años se hablaba de cómo el internet ya olvida ese proceso de búsqueda de información lento y reflexivo que se creaba en espacios como las bibliotecas con los libros o la enciclopedia, a la búsqueda quizás un poco más directa de nuestras preguntas y necesidades en internet.

 

 La inteligencia artificial ha llegado de la misma manera y con el mismo uso que le aplicamos al internet en su momento y al que, a día de hoy, también sigue con nosotros, entendiéndose internet como la base de datos a la que podemos acceder y buscar información de manera sencilla.

 La IA, sin embargo, es un desarrollo para mí mucho más afinado, eficaz e inmediato de lo que sería la búsqueda manual en internet, puesto que la IA ya tiene incorporado un sistema de búsqueda y análisis de datos.

 

No pienso que la IA se desvincule de la naturaleza del ser humano, puesto que la naturaleza también está compuesta por lo que se crea y, si se ha llegado a crear, ya forma parte de la naturaleza y de lo que es esencia en sí mismo y pertenece al universo. Sin embargo, sí pienso que todo avance tecnológico, dentro de unos parámetros éticos y morales, debe ser aceptado a la vez que cuestionado y puesto en reflexión  ya que estos avances muchas veces superan nuestra capacidad perceptiva y de entendimiento. Y aunque yo no creo en las ideas conspiranoicas de que la IA vaya a suplantarnos en cuanto a la identidad humana o las tareas, sí pienso que el desarrollo tecnológico tan veloz con el que se implementan estos recursos a la sociedad crea no solo desigualdades, sino consecuencias tanto sociales como psicológicas. De cierta manera, el cerebro y la manera en la que se ha desarrollado está creado para procesar los estímulos de manera más lenta, además de tener ese espacio para el aburrimiento que, muchas veces, inducidos por la prisa, no dejamos espacio para este, que es el que nos invita a procesos creativos e ideas mucho más emocionales y no tan basadas en la creación directa de un producto o una solución que responda a los intereses capitalistas o de producción.

 

A pesar de que las herramientas que nos ayudan a un modo de vida más eficaz y sencillo, como lo son la IA u otros inventos sí pienso que deberían asentarse en nuestra cotidianidad, también creo que la creación de una obra artística o un producto al que se le quiera adquirir un valor o unas dimensiones más allá de las de un producto útil con una intención de consumo rápido, debe alejarse de cierta manera de estas herramientas que enajenan a la obra o producto del creador y de la pérdida de ese valor espiritual o emocional que no solo se ve reflejado como espectador al observar una creación con un proceso mucho más lento, sino que también el valor del proceso creativo se ve opacado por esa necesidad de tener la obra ya terminada, de la misma manera que queremos la información ya preparada sin necesidad de un proceso manual selectivo de datos que cambiamos por preguntar directamente a ChatGPT.




 

Esta idea pues de obra finalizada o perfecta,  despojada del proceso creativo lo podemos ver en la pelicula documental que hemos visto en clase:  “Las cinco condiciones”, de Lars Von Trier donde el director le plantea  al cineasta Lerh, rehacer su cortometraje “The Perfect Human”. En esta obra que podriamos decir que es una especie de metadocumental, el director le da una serie de cinco condiciones restricctivas al cineasta para rehacer el cortometraje y que aparentemente al principio nos puede parecer como muy restrictivas a nivel de libertad creativa y de las posibildiades a las que podemos llegar con unos parametros preestablecidos, sin embargo, a pesar de como vamos viendo poco a poco en la pelicula ese conflicto del autor con el director por las imposiciones y restricciones que le va comentado se va entendiendo en un sentido de lo peculiar del proceso creativo y como lo importante no es el producto final como ya he reflexionado anteriormente, es decir la obra única final no es lo  importante a conseguir puesto que realmente lo único importante del resultado final a mi parecer es como esa experiencia del proceso creativo se traduce en una pieza, pero pensando que esa pieza o obra nunca es inmutable sino que puede estar en constante transformacion de la misma manera que lo hace nuestra capacidad expresiva, contexto y experiencias, recalcando de nuevo la superioridad de la experiencia de la relacion entre nosotros y lo que creamos por encima de la materialización final de esto.

 

Por ello y reflexionando entorno a todo lo anterior de cómo la IA  de cierta manera a pesar de que nos beneficia a la hora de realizar las tareas de manera mas rapida y efectiva el proceso creativo para mí debe de estar sujeto a una situación de conexión mucho más pausada y reflexiva con lo que se hace para involucrarnos de manera mas experiencial y espiritual que simplemente buscando un producto útil. A diferencia, si pienso que la IA puede ser de gran ayuda como herramienta en un proceso creativo que esta destinado a la creación de una  idea o producto destinado a un consumo rápido o producto comercial que satisfaga las necesidades o demandas de consumo ya que si tenemos en cuenta que el simple hecho de que se pida una solución concreta o un producto concreto de cierta forma ya pierde importancia el proceso creativo mostrando atención a conseguir un objetivo o solución efectiva.

 

En conclusión a lo comentado, pienso que el proceso creativo que no está destinado a buscar un producto o una solución con un sentido comercial debe tener una línea mucho mas lenta, reflexiva y experimental que cuando buscamos pensar en soluciones directamente con una intención comercial.

 

En cuanto a las creaciones directamente creadas por IA, en términos pues de fotografías, videos realizados por la IA y cómo esto se ha democratizado hasta tal punto de que cualquier persona de su casa pueda realizar una creación o una interpretación visual de una situación, una imagen o una noticia.Esto tiene como consecuencia que se pierda esa difusa línea entre lo irreal o lo real, pero siendo sinceros, la línea difusa entre lo que es real y lo irreal no es una cuestión de ahora o al menos no deberíamos de pensar que es una problemática únicamente contemporánea, ya que la interpretación de la realidad desde distintos puntos de vista pues en cuanto a un hecho ya establece una línea difusa en cuanto a qué interpretación u opinión sobre un tema es la real o la objetiva, al igual que la democratización de los medios de comunicación ya rompieron esa línea entre lo que ha pasado realmente y lo que no, entre lo que es bulo y lo que es de verdad.



 

Por tanto, podríamos decir que de la misma manera que todavía no nos hemos habituado a los conflictos que produce la democratización de las redes o de los medios de comunicación en cuanto a la capacidad de distinguir lo que es real o lo que no, pienso que la IA plantea los mismos problemas o relacionados simplemente que al ser algo completamente “nuevo”, nos produce incógnitas y temores muchos más recurrentes que los que nos provoca ya otros inventos o herramientas tecnológicas.

 

En conclusión, pienso que es natural en el ser humano y pertenece a este tener miedo de lo que no puede controlar y no soportar la incertidumbre, pero también pienso que el “boom” de la IA no es algo diferente al que hubo con la robótica hace una década o con la realidad virtual y cómo estas se han asentado en la sociedad actualmente. 

Pienso que en el ser humano siempre va a crear conflicto “lo nuevo”, de la misma manera que como se ha comentado en clase lo digital lo tuvo sobre lo analógico, por ejemplo en cuanto a la fotografía digital y de que esta tenía menos valor que la analógica, y siempre se van a plantear debates y va a tener una respuesta controversial natural y consecuente a aquello que asusta o no somos capaces de asimilar debido a la manera tan evasiva en la que se involucran de manera tan rápida estos inventos tecnológicos.

 

Al igual que produce controversia de manera consecuente a esa idea de “lo nuevo”, también nos permite disfrutar de nuevas experiencias expandiendo nuestra manera de entender el mundo y creando momentos o reconstrucciones visuales como las que nos permite la IA de video o imagen que nos puede provocar la misma emoción que una imagen “real” y nos regala momentos como la de personas más mayores que no conciben el sentido matemático de como funciona la IA y observan una imagen o una reconstrucción de video de una imagen que no pueden revivir de la misma manera que lo haría una imagen o video que no está hecho por IA.

RECONSTRUCCIÓN

HISTÓRICA

En esta selección de fotos editadas y generadas con la yuda de la IA, hablo sobre la identidad sexual y de género en el siglo XX. De las dos ideas que he querido abarcar dentro del tema he representado primero una obra de Paul Cadmus en la que con ayuda de la IA he cambiado un detalle para seguir manteniendo la idea principal de la parte editada pero reforzándola.

Me parecía interesante hablar sobre la identidad sexual a través de la figura de Paul Cadmus, que fue un artista de principios del siglo XX y que realizaba obras pictóricas de carácter y connotaciones homosexuales cuyas obras fueron censuradas y perseguidas.

Hablar sobre como a lo largo de la historia a través de la pintura, el cine, etc, siempre se han hecho representaciones camufladas del colectivo, por la posible con secuencia de ser obras censuradas, perseguidas o de perder público. Enlazándolo esto último con la manera tan camuflada de representar la homosexualidad que se ha tenido hasta hace bien poco, y lo importante que es para cualquier colectivo disidente crecer o no con referencias que respalden tu idad.

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